Agosto en Huaycán , ciudad de las estrellas
Arantza e Iván nos cuentan su experiencia de voluntariado internacional en agosto de 2024 en el asentamiento humano de Huaycán, en Perú.
Todo empezó una sábado a la mañana mientras paseábamos por la Gran Vía de Madrid en plena Semana Santa. El buzón de nuestro correo nos notificó algo que en ese momento no sabíamos que iba a cambiar nuestras vidas. Dejamos de andar por un segundo y leímos atentamente aquel correo en el que indicaba la opción de solicitar dos vacantes para ser voluntarios docentes de Kambia en Lima, Perú. Nunca olvidaremos ese momento en el que, aún sin saber si seríamos seleccionados, ya sentíamos una enorme ilusión.
Una vez finalizado el proceso de selección, fuimos los dos elegidos para esta aventura. Realizamos todas las formaciones obligatorias para vivir esta experiencia de voluntariado internacional con la fundación Kambia de cara a iniciar nuestra aventura y partir hacia nuestra nueva casa en Huaycan, Lima.
Tras la escala en Bogotá, llegamos a Lima. Allí nos esperaba la madre Deepa con su eterna sonrisa, la persona que hizo que nuestra estancia allí fuese más fácil en todo momento. Nuestra aventura continuó en Lima capital, donde pudimos conocer al completo al equipo de Warmi Wasi. Un grupo de trabajadoras brillantes en el que encontramos profesionales de diferentes ámbitos como psicólogas, nutricionistas o educadoras sociales liderado por la madre Deepa y la madre Miros.
Tras los primeros días de aclimatación en la capital, era hora de conocer nuestro nuevo hogar, Huaycán ,nuestra querida ciudad de las estrellas. Nos encontramos un pueblo muy humilde rodeado de montañas, donde las carreteras estaban llenas de mototaxis, en la cual la inmensa cantidad de polvo hacía que cerrases los ojos ligeramente cada mañana al ir a la escuela.



Nuestro inicio en la escuela fue mágico y a la vez nos proporcionó un gran golpe de realidad. Nuestra escuela, la 1289, se encontraba en el distrito R y acudían niños y niñas de diferentes distritos y barrios de Huaycán. Un colegio en el que cada profesora recurría a cualquier cosa que estuviera en su mano para poder tener las herramientas necesarias, para que sus niños y niñas tuvieran un día lleno de felicidad y un nuevo motivo para no faltar a clase al día siguiente, algo muy difícil allí. Para nosotros como docentes, fue increíble ver la pasión y la vocación de cada maestra día a día superando cualquier obstáculo; y también un placer formar parte del equipo durante todo el mes de agosto.
Nuestra misión la teníamos clara desde el principio: aportar nuestro máximo en todos los aspectos. Tanto fue así que decidimos asistir a turnos de mañana y tarde a la escuela para dedicar todo nuestro tiempo en las aulas. De esta forma pudimos impartir clases, clases de refuerzo a grupos reducidos o incluso organizar la fiesta del día del niño. Por otro lado, dos tardes a la semana las dedicábamos junto con el equipo de Warmi Wasi a impartir y realizar talleres de hábitos saludables y gestión de conflictos en varias asociaciones de madres y padres repartidos por diferentes distritos. Nos quedamos encantados con el magnífico trabajo que realiza Warmi Wasi y la Fundación Kambia.
Involucrarnos al 100% ha sido un regalo y una experiencia maravillosa. Podríamos seguir escribiendo 100 anécdotas más que nunca saldrán de nuestra cabeza, al igual que todos aquellos niños y niñas que nos robaron el corazón e hicieron que un pedacito nuestro se quedase allí eternamente.
Gracias Huaycán,
Arantza Landa e Iván Hierro