El año 2021 supuso un nuevo desafío económico para la fundación como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19. Las necesidades de nuestros proyectos aumentaron en la medida que empeoraban las condiciones de vida de las personas beneficiarias. La vulnerabilidad del entorno se vio agravada en medio de confinamientos repetidos e intermitentes que dejaron tras de sí pérdidas de empleo, problemas de desnutrición, colapsos en la atención primaria, incrementos de las desapariciones en casos de trata y matrimonios infantiles.
El esfuerzo para poder responder a las crecientes demandas de ayuda se ha materializado en un incremento del 7,2% en nuestros ingresos.